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La llegada de un bebé es un momento mágico y transformador. Sin embargo, también es una etapa que genera muchas dudas, sobre todo cuando se trata de los cuidados del recién nacido en casa. Si eres mamá o papá primerizo, es natural que sientas cierta inseguridad, pero con información clara y práctica, podrás cuidar a tu bebé con confianza.

En este artículo te explicamos los cuidados básicos del recién nacido, incluyendo la higiene, el sueño, la alimentación y cómo crear un entorno seguro. Una guía completa para los primeros cuidados del bebé en casa.


¿Qué tener preparado en casa antes de la llegada del bebé?

Antes de que el bebé llegue, es fundamental que el hogar esté listo. Estos son los elementos esenciales:

Espacio seguro y limpio

  • Cuna o moisés con colchón firme.
  • Ropa de cama de algodón, sin cojines ni peluches.
  • Termómetro ambiental (la temperatura ideal es entre 20 °C y 22 °C).
  • Zona de cambio con pañales, toallitas y cremas.

Kit básico de cuidados

  • Termómetro digital.
  • Gasas estériles, alcohol al 70% para el cordón.
  • Jabón neutro y crema hidratante hipoalergénica.
  • Ropa cómoda y fácil de poner.

Preparar todo esto con anticipación te dará tranquilidad para concentrarte en lo más importante: tu bebé.


Alimentación: el pilar de los cuidados básicos del recién nacido

Lactancia materna o fórmula

La leche, ya sea materna o de fórmula, es el único alimento que necesita un recién nacido durante los primeros 6 meses. Si estás lactando:

  • Amamanta a libre demanda, cada 2 o 3 horas.
  • Observa si el bebé se prende correctamente.
  • No te preocupes si pide seguido, es normal al principio.

Si alimentas con fórmula:

  • Sigue las instrucciones exactas del fabricante.
  • Esteriliza bien los biberones.
  • Nunca reutilices leche sobrante de una toma anterior.

👉 Recuerda que cada bebé es único: observa sus señales de hambre y saciedad.


Sueño seguro para el recién nacido

Los recién nacidos duermen entre 16 y 18 horas al día. Aquí algunas recomendaciones clave:

  • Acuesta siempre al bebé boca arriba.
  • No compartas la cama; lo ideal es que duerma en su cuna, cerca de ti.
  • Evita objetos sueltos en la cuna.
  • Mantén la habitación ventilada y a temperatura adecuada.

El sueño seguro es vital para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Higiene y baño del bebé

La higiene diaria también es parte esencial de los cuidados del recién nacido en casa. No es necesario bañar al bebé todos los días, pero sí mantenerlo limpio:

Cordón umbilical

  • Limpia con una gasa y alcohol al 70%.
  • Mantén la zona seca y sin cubrir.
  • Se caerá solo entre los 7 y 15 días.

Baño

  • Usa una bañera ergonómica con agua tibia (36–37 °C).
  • Lava con jabón neutro, de preferencia sin perfume.
  • Sécalo bien con una toalla suave, especialmente en pliegues.

Cambio de pañales

  • Cambia cada 2 o 3 horas, o después de cada evacuación.
  • Limpia con toallitas sin alcohol o con agua y algodón.
  • Aplica crema protectora si hay irritación.

Vínculo afectivo: parte de los primeros cuidados del bebé en casa

Además de cubrir sus necesidades físicas, el contacto emocional es clave:

  • Háblale con voz suave, míralo a los ojos.
  • Practica el contacto piel con piel.
  • Respóndele cuando llora: esto no lo malcría, le da seguridad.
  • Aprovecha para crear rutinas calmadas, como masajes suaves y canciones.

Signos de alerta a tener en cuenta

Aunque muchos síntomas son normales, es importante saber cuándo consultar al pediatra:

  • Fiebre mayor a 37.8 °C.
  • Rechazo al alimento.
  • Respiración agitada o con quejidos.
  • Ictericia intensa (piel muy amarilla).
  • Llanto constante sin consuelo.

Confía en tu instinto. Si algo no te parece normal, llama al médico.

Conclusión: cuidar a un recién nacido es un acto de amor (y práctica)

Los primeros días en casa pueden ser desafiantes, pero también son una oportunidad única de conexión. Si sigues estas recomendaciones sobre los cuidados del recién nacido en casa, ganarás seguridad poco a poco.

Recuerda: nadie nace sabiendo ser madre o padre. La clave está en observar, preguntar y dejarte guiar por el amor que sientes por tu bebé.